8 de mayo de 2009

What I've done

Hola petardos!

Si es que hay cosas que siguen igual, cada vez que vuelves al colegio por algún motivo (o te encuentras con algún profesor…) tienes que contestar una y otra vez a las típicas preguntas, y a no ser que tengas mucho aguante acabas un poco harto. Si mi memoria no me falla me he encontrado con todos los profesores que tuve en ese colegio excepto dos o tres (pero vamos que puedo dejarme a alguno…). Desde el cura republicano que me daba clases de religión hasta el hipocondríaco que me daba biología, pasando por las dos Barbies de lengua (aunque una hace veinte o treinta años que dejo de serlo…) y el pasota de matemáticas y física y química.

Y en contraposición al buen trato de los profesores, está el de los ex-compañeros, que se han vuelto todos medio gilipollas. Bueno, tampoco es plan de generalizar, solo he visto a cinco (más de los que me esperaba). Pero vamos que no hace falta girar la cara cuando te saludan o esquivar a los demás, y no es que solo me lo hayan hecho a mí, si no que lo han hecho con todos… pero bueno, que se monten y pedaleen, porque total para lo que los veo no es que me importe mucho.

La fiesta, els Jocs Florals, concurso de poesía en catalán, ha estado bastante bien. Solo tengo que decir que para mí el que tendría que haber ganado el premio ha sido el poema que ha quedado en tercera posición, ha sido el mejor. La música bien, menos el volumen que había momentos en los que te quedabas un poco sordo…

Y bueno acabando ya con este tema, voy a contar lo que he dicho que contaría esta tarde. Lo primero, el misterioso caso de la práctica desaparecida que me ha puesto de mala leche todo el día (con rima y todo)… Pues seguro que con el nombre más de uno ya sabe de lo que va el asunto. Ayer por la noche me pasé dos horas buscando como un loco, en cada una de las carpetas y cuadernos de la universidad (y no solo una vez…) esa dichosa práctica, y no la encontré. Así que esta mañana he tenido que levantarme antes, ir a imprimir la dichosa práctica otra vez y rehacerla, ya veis que gracia, porque no se hace en diez minutos… Ya más tranquilo porque me ha dado tiempo a acabarla, he ido a entregarla. Y resulta que yo no había perdido la práctica (casi nunca pierdo cosas importantes, o más bien casi nunca pierdo nada…) sino que una “queridísima” compañera se la había llevado sin darse cuenta. Así que ya me podéis imaginar la mala leche que me ha entrado al oírle decir anda, si esta no es mi letra… Y lo peor de todo es que ayer le pregunte a ella que si se acordaba de que se la hubiese dejado a alguien…

La dichosa práctica me ha tenido de mala leche todo el día, y visto así parece que no es nada. Pero si te pones de los nervios buscando la dichosa práctica y tienes que rehacerla, no es que haga mucha gracia que después la tenga otra persona a la que le has preguntado si sabía algo…

Y bueno, la verdad es que todo se me ha pasado con el segundo tema. El cambio de humor que puede provocar la sonrisa de un desconocido. Os cuento, estaba yo parado en una calle, esperando a que algún alma caritativa se le ocurriera no infringir las normas de tráfico sobre las cuadrículas amarillas y me dejase cruzar la dichosa calle. Cuando un motorista ha alagado mi coche y ha preguntado varias cosas. La verdad es que la conversación ha durado unos quince minutos, parece ser que se lo pasaba bien, porque el si que podía pasar… Pero bueno, al final los astros han escuchado mi plegaria, cuando ya no me interesaba que la escucharan, y el motorista se ha despedido con una sonrisa y un guiño. Y que queréis que os diga, os sonará una estupidez, pero después de la semana que he tenido, me ha alegrado ese acto desinteresado del motorista.

Petons

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