7 de diciembre de 2008

978-84-239-6446-9

Hola a todos, no tengáis en cuenta el título, es algo de lo que hablaré mañana, quien sepa que puede significar ya tiene un adelanto, pero a lo que vamos. Como no pienso hacer algo mucho más importante hoy, voy a aburriros un poco con mi día…

Como me es por costumbre, me he levantado tarde, ya me basta con levantarme pronto seis días a la semana, bueno tarde eran las once, así que lo más seguro es que alguien piense que a esas horas todavía es pronto. Pero es tarde para mí, que a no ser que me tenga que levantar antes, sobre las nueve estoy en pie, y habrá algunos que piensen que eso es tarde, pero para gustos… los colores.

Después de desperezarme y abrir la ventana, me he dado cuenta del silencio que reinaba en mi casa. No me lo podía creer.

Sabía que mi hermano Pablo (el mediano, obviamente no se llama así) no estaba, dormimos juntos así que su característico abrir y cerrar de puertas y cajones me ha avisado cuando se iba. [Esa es una de las razones por las que me llevo tan mal con mi hermano, aunque lo deje todo preparado la noche antes, justo antes de salir por la puerta entra al cuarto y abre y cierra el armario o un cajón, la única utilidad de esto es joderme la vida, porque no encuentro otra razón. Además este fenómeno solo ocurre cuando estoy durmiendo…]

Después de este apunte sigo… Pero ¿que mi hermano pequeño no estuviera dando guerra? La solución al misterio estaba en la mesa de la cocina, un pequeño papel en el que se me informaba que se iban a pasar el día con no se quién, obviamente no ponía eso, pero por el nombre que ponía tenía que ser la familia de alguno de los amigos de mi hermanito, porque no me sonaba de nada…

Así que la casa sola para mí… pero como suele pasar, hoy que tenía la casa toda para mi, lo único que he podido hacer que no haga normalmente ha sido poner la música a todo volumen, ¿Por qué? Por que justamente hoy tenía que ordenar el armario, porque, como ha ocurrido, nada más abrir la puerta todo se ha caído al suelo y el escritorio, que no se como no se ha venido abajo de todo lo que había por encima. Suelo tener mis cosas ordenadas, a veces es un orden un poco caótico, pero después de esta semana enfermo, realmente daba pena. Así que me he estado una hora y media hasta que el escritorio y el armario han quedado en condiciones, menos mal que mis estanterías estaban ordenadas porque sino no acabo nunca. El problema es que de tanto moverme, el pie se resiente (véase post de ayer). El resto del día lo he dedicado a un trabajo de la universidad, madre de Dios, que ganas de que llegue la Navidad, ¡Necesito unas vacaciones!

Bueno por hoy nada más, espero no haberos aburrido mucho, a estas horas no tengo nada planeado para mañana, así que lo más seguro es que sea un día en familia, pero ya os contaré.


See You Soon

1 comentario:

betulo dijo...

Como veo que sigues a Gato, hazselo saber a él. Le ayudará.