3 de abril de 2011

Hoy es uno de esos días en los que nada me sale bien y acabo mosqueado. Hoy tenía un día algo relajado por primera vez en un par de semanas, se suponía que tenía que hacer un par de cosas a media tarde y poco más, así que podía levantarme algo tarde… pero como se está haciendo habitual mis queridísimos y adorados tíos han llamado a las nueve de la mañana y como sólo estaba yo en casa (y durmiendo) pues el teléfono ha estado sonando un buen rato. Como ya era incapaz de dormirme (una vez que me despierto me cuesta volverme a dormir) he decidido hacer las cosas por la mañana y echarme la siesta después de comer, pero tampoco… Y no lo entiendo porque lo normal es que los programas de ordenador fallen el día que más lo necesitas no un día que no viene a cuento (ley de Murphy y esas cosas…), pero que hayan fallado los tres programas en los dos ordenadores me ha sacado completamente de mis casillas. No poder hacer nada es una putada y encima por no hacerlo hoy tendré que hacerlo mañana, que tendré menos tiempo y más cosas por hacer.

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